- Año: 2018
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Fotografías:Irene Ruiz Bazán
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Proveedores: Acor
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Grandes portones de madera cerraban los patios de las casas monegrinas defendiendo celosamente, junto con altas tapias revocadas, la vida doméstica del polvo y la aridez del desierto aragonés. Portones del tamaño de la entrada de carruajes y caballerías con los que se cultivaba el cereal, y que convivía en los zaguanes y patios conformando una nueva intensidad y dimensión al hábitat.
Este patrón casi arquetípico de una arquitectura adaptada al medio tanto natural como productivo se ha ido desdibujando con el paso del tiempo, en aras de una edificación globalizada y ausente al lugar.
Sin renunciar a su tiempo y a su función, la casa MM se suma al casco urbano de Leciñena como un nuevo recinto, buscando mantener la unidad de conjunto y un equilibrio ambiental con las edificaciones existentes, respetando los valores matéricos y tradicionales pero en una clave contemporánea.
La vivienda nace en una situación urbana de largas parcelas entre medianeras, con una construcción habitualmente dispuesta como un tapón en el frente a la calle y con un fondo de parcela libre, para huertos y corrales, en la que se suelen emplazar además construcciones que se adosan anexas a los muros para dar soporte a estos fines. Uno de los requerimientos de la propiedad era el de aprovechar tanto la casa como la parcela de forma casi equivalente, de tal manera que vivienda y patio estuviesen lo más trabados posible. Aunando ambos planteamientos se desarrolló una edificación que, apoyada en el muro Norte, se abre completamente a la parcela relacionando todas sus estancias con el patio, patio que, a su vez, no es sino la misma calle que se pliega e introduce a través de un zaguán y transforma el suelo cementado de la calle en un jardín-huerto privado.
Funcionalmente la vivienda se organiza en tres piezas nodos que albergan la cocina, los dormitorios y los aseos, y un espacio-vestíbulo que se encoge y se ensancha para conformar todas las áreas estanciales, el vestíbulo, salón, pasillo y estudio, completamente abiertos al jardín mediante terrazas y huecos amplios. Los nodos resuelven la estructura general de la vivienda, el espacio vestibular se adosa al medianil y se proyecta hacia el exterior como un vacío, plegándose mediante espacios con usos ocultos o mobiliarios y estanterías que modulan la privacidad de cada ámbito.
Materialmente la casa se construye con hormigón armado, estriado en alturas que van definiendo los huecos, como una nueva topografía vinculada a este patio privado que se introduce y sale a la fachada buscando la continuidad espacial. Los muros se fraccionan en hojas para evitar la pérdida térmica, y se recortan y biselan para alojar los huecos y muebles exteriores. Hacia el patio todo el espacio doméstico se cubre con una azotea plana, que enfatiza la relación interior exterior, pero hacia la calle, el zaguán se pliega y levanta una cubierta de teja cerámica tradicional, buscando la continuidad con las de las viviendas vecinas.